UN TRAGO DE REALIDAD

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Actualmente vivimos en una sociedad donde el rol de papeles en la familia ya no es tan familiarizado, y cuando nos encontramos en situaciones donde la familia necesita estar unida muchas de las veces no saben cómo lidiar con eso; pareciera algo paradójico, pero la mayoría de las veces encuentran una muy buena justificación para irse y no quedarse, es como el padre que toda su vida ha trabajado y nunca ha tenido una relación emocional con su familia o la madre que todo el tiempo está preocupada por el bienestar de la familia que por la relación de pareja o la relación de lo que pueda necesitar.

Esto hace una falta de conciencia de nuestra inteligencia emocional, esto quiere decir que no tenemos un autodominio de nuestros impulsos que es con base en la voluntad y el carácter. Muchas de las veces escuchamos decir que tenemos una herencia genética o bien rasgos emocionales genéticos de la familia que es la que determina nuestro temperamento y podremos ponerlo como excusa para determinar nuestro carácter; pero también lo que es una realidad es que nuestro temperamento no es un destino, que, aunque es algo aprendido por la relación familiar nosotros podemos decidir si puede o no determinar quiénes somos.

Freud determinaba que vivimos en un malestar cultural, donde la sociedad ha tenido que imponerse sin reglas destinadas para someterse a las corrientes de exceso emocional que surge libremente de su interior; las pasiones suelen ser aplastadas por la razón una y otra vez; muchas de las veces nuestro entorno familiar quiere cambiar a modo de una carga de homeostasis pero hay sistemas que generan un cambio con base en una carga alostiatica, esto que quiere decir que necesitan hacer cambios con base en comprender una adaptación al estrés sin eliminarlo o al menos reducir la situación , pero la función de estas dos cargas es llegar a una respuesta o una solución más saludable.

Vivimos en un mundo de creencias, costumbres, rituales, códigos éticos, morales y religiosos que nos dictaminan el cómo actuar pero con mucha frecuencia van siempre en sentido contrario a nuestra naturaleza generando así conflictos entre el ser y él debe ser provocando así culpas, acusaciones de los demás y solucionando conflictos con fórmulas erróneas; por ejemplo el padre que trabaja de día a noche para solventar los gastos de casa ignorando o preocuparle menos problemas más graves que puedan ocurrir en casa por la idea errónea de que el solo puede o debe preocuparse por el gasto familiar, por eso pasa que cuando papá está en casa exista un estrés en todos los miembros de la familia es como si un extraño estuviera conviviendo con ellos ya que nunca ha existido una relación de contacto y afecto, he se ha escuchado que actualmente por el virus que se está presentando, las familias han estado estresadas y que aproximadamente el 35% de la población existe ya una agresión doméstica, suponiendo así que existe una gran necesidad de controlar situaciones complejas e incluso de nosotros mismos.

Por otra parte, existe el individualismo que ha sido bien establecido por la sociedad que favorece a la lucha de primero ser yo para poder alcanzar fama, dinero o prestigio a como dé lugar asiendo un desfavorecimiento claro a la colaboración y solidaridad; entonces ¿cómo hacer que una familia se mantenga unidad si los valores culturales a los cuales estamos expuestos día a día nos enseñan a ser individuales?

Leyendo artículos más a fondo pude percatarme de que la situación familiar sale de nuestras manos que existe una idea de resguardar los valores familiares, pero sin estar involucrados en ellos, considero que es por esto por lo que luego entramos en una neurosis colectiva de querer encontrar una solución más rápida en lugar de solucionar la comunicación asertiva en la familia.

Recordemos que buscar soluciones instantáneas para resolver ciertos problemas no siempre nos llevan a generar un cambio, porque la solución está dentro del problema, no fuera de él.

Por eso en la CLÍNICA PROMESAS DE VIDA, intentamos incorporar la solución del núcleo familiar y poder así abarcar el problema de la adicción en nuestros pacientes, porque de que serviría solucionar el problema de la adicción del paciente si al salir el sistema familiar no está sano.

Si quieres entonces encontrar alguna solución trata de no caer en la normalidad de que todo está bien, no pasa nada si comenzamos a aceptar que no siempre tenemos la respuesta a todo; o la solución de los problemas, no pasa nada si nos equivocamos porque también es caer a un tabú al fracaso, podemos equivocarnos, pero la intención es no quedarnos paralizados y dejar que el tiempo repare lo que nosotros con acción tenemos que resolver.

Entonces sabiendo que estamos en un sistema no bien estructurados comenzaríamos a dar el primer paso como lo plantaría la literatura de AA, aceptamos que no podemos y pedimos ayuda para poder formular nuevamente los roles que cada uno juega en la familia, comenzando con los límites, las jerarquías, roles, reglas, valores, lealtades y etc. Comprendiendo así, que es más complejo de lo que imaginamos, pero no imposible que no tenga solución, no seamos del 35% de la población que entra como violencia domestica por no querer aceptar que tenemos un problema de salud mental.

Te invitamos a conocer nuestras instalaciones, cronogramas y la forma de trabajo que maneja la CLÍNICA PROMESAS DE VIDA para cualquier tipo de enfermedad. No permitas que tu pasado también determine tu presente.

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