¿Me creerías si te contara que he intentado acabar con mi vida más de cinco veces? Todo empezó cuando tenía 10 años, y por aquella época no tenía idea de que algún día necesitaría ayuda de centros de rehabilitación en Zacatecas. Mi problema empezó cuando mi madre se volvió a casar; lo cierto es que yo ya me encontraba bastante afectada por la muerte de mi padre, pero todo empeoró con la llegada de aquel hombre a mi casa, que al principio se mostraba amable, aunque luego comenzó a aprovechar los momentos en los que mamá no estaba para abusar de mí. Sus motivos, como los de todos los pederastas, es que aquella era la manera en que debíamos tratarnos, porque me quería mucho.
De esta manera, una nube negra descendió sobre mí y la adolescencia alegre que podría haber tenido, se convirtió en mi peor pesadilla. Él me obligaba a hacer cosas que yo no quería y me forzaba a mantener relaciones, ignorando por completo mi dolor, mi sufrimiento y, sobre todo, el hecho de que era una menor de edad, la hija de la mujer con la que se había casado. Como si hubiera estado en un túnel, empecé a creer que mi vida no tenía sentido, mis calificaciones bajaron a niveles lamentables y me alejé de las amistades que tenía, hasta quedarme completamente sola.
Fue así como llegué a tratar de suicidarme por primera vez, pero no funcionó. Deseosa de volver a intentarlo y desalentada por no haber sido capaz de matarme con éxito, caí en una mayor depresión y seguí con mi vida como pude, en medio de la misma rutina de abusos, con una madre que era completamente ajena a esta realidad, y que, por cierto, ya estaba bastante cansada de lidiar con una chica problemática que no rendía en la escuela.
Antes de cumplir los 16 años, ya había intentado suicidarme al menos siete veces y de distintas maneras; en algunas ocasiones, desistí en último momento, pero, en otras, había fallado y debía esconder las marcas de esos fracasos. Es por ello que, ante mi notoria desesperación, a la que nadie más parecía encontrarle lógica, mi madre decidió llevarme con un terapeuta, y después de algunas sesiones, la verdad salió a la luz: había sido abusada sexualmente durante casi toda mi adolescencia por el hombre con el que ella dormía.
Desde luego, lo que siguió fue un escándalo de abogados y tribunales; sin embargo, mis deseos de suicidarme no desaparecieron, es por ello que el especialista que me trataba le recomendó a mi madre que me llevara a Promesas de Vida, la mejor clínica de rehabilitación para la atención del suicidio en Aguascalientes. Fue en este centro donde mi vida cambió, donde aprendí a valorarme a mí misma y me di cuenta de que, aunque nunca podría borrar lo que hizo mi padrastro, había una esperanza.
Si ustedes están atravesando una situación similar o han pensado en suicidarse, no se queden callados. La depresión es una enfermedad muy seria que afecta a más de 300 millones de personas en todo el mundo, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud. Lo mejor que pueden hacer es confiar en Promesas de Vida, porque es una de las mejores clínicas de rehabilitación en Aguascalientes. ¡No están solos! Para solicitar más información, comuníquense hoy, a través de su sitio we